martes, 21 de enero de 2014

Mi balance perso-profesional de 2013



     Hoy me gustaría echar un vistazo atrás y hacer balance del año que acabamos de terminar. 2013 no ha sido uno de los mejores, pero sí que se ha ganado una mención digna de recordar. Ha sido un año de «austeridad» (que parece que la palabrita se ha puesto de moda) y de ahorro. De pruebas que al parecer hemos ido superando con sudor y lágrimas.

     A principios de año conseguí que me aceptaran en el foro de Tremédica, Medtrad (por motivos administrativos, mi solicitud llevaba en espera bastante tiempo), y a finales, pasar a formar parte de la Junta Directiva de Asetrad. Estas dos asociaciones me han permitido encauzar mi trayectoria profesional y conocer a un montón de gente interesante con la que comparto trabajo e intereses, que después de 5 años traduciendo a la sombra de la pantalla, ¡ya era hora de salir, ver el sol y disfrutar! De hecho, en breve asistiré a un encuentro de Asetrad con la SFT en Toulouse, lo que me permitirá estrechar lazos con los miembros de mi asociación y conocer a nuestros homólogos franceses. Ya os contaré qué tal la experiencia.

     También aprendí a hacer sushi, galletas y torrijas, descubrí la zumba, disfruté con el Boxing Fitness y visité a viejos amigos. Un inolvidable viaje a la Bretaña francesa con boda, festival de la música, viejos amigos Erasmus, nuevos amigos de Irlanda, todo ello incluido en una cajita de recuerdos que guardo con mucho cariño en un rinconcito entre las cajas de la mudanza. No hay nada como una visita, aunque sea relámpago, para avivar la llama de la amistad. Y, a pesar de la tristeza de perder a varios en el camino, las nuevas personas que han aparecido en mi vida en 2013 me han hecho muy feliz.

     Por otra parte, gracias a los preparativos de la mudanza y al hecho de completar las tareas pendientes, este año ha pasado ¡volando! Hice la ruta de 45 km en bici que llevaba soñando desde hacía un par de años (Dublín-Swords-Malahide-Portmarnock-Dublín), visité de nuevo los acantilados de Howth y subí a la cima en bici, conocí el anillo de Kerry y la península de Dingle y viví un Halloween típico que hicieron mucho más difícil mi partida de la isla.

     Si bien es cierto que en el plano profesional no ha habido grandes cambios ni novedades, todo ha estado bastante parado, el plano personal lo ha compensado con creces. 2013, año de experiencias inolvidables que acaba con el cierre de la puerta de mi hogar durante cinco años, una mochila cargada de recuerdos y una tímida lágrima que cae sin darme cuenta. Algo difícil de superar, pero lo intentaré. ¡Allá vamos, 2014!

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